Si tan solo estuvieran en mis manos esas respuestas, que revuelan sobre ti como moscas burlescas.
¿Recuerdas cuando te dicen que aquellas se encuentran donde tú solo ves un reflejo, ilusiones en tus dedos de agua? - Quizás sean las lagrimas, que caen en tiempo detenido, ese maldito espejo que nubla aquel preciado futuro en tan presente angustia de volver a vivir.
¿Es que acaso el cuerpo tiene siquiera esperanzas de resistir el punzante dolor de la existencia? ¿Seré idóneo en la compleja tarea que sugiere la existencia de mi persona?
Es aquel hedor repugnante de los cuerpos que permanecen en descomposición a través de los años los que me clarifican en la negativa y pesimista, donde solo somos vanos mortales aferrados a insensatos afanes, tal amor imaginario, ese agobiante de valentías, penas, miedos y alegrías absurdas. Estúpidas ideas de trascendencia, inútiles en nuestros verdaderos sin sentidos...pero, qué más da, la paradoja de la certeza de mi ridículo intento de elocuentes palabras, está sujeta a esos afanes que acabo de convertir en una vil burla... quizás, solo somos una mala broma de la verdad.