El calor era agobiante, rostros cansados y sofocados se cruzaban con lentitud, gestos derretidos daban la
impresión de que los años pasaban
rápidos, esas miradas
vacías que se
veían sin mirarse, era desesperante. El aire y el ambiente eran espesos, todo se reaccionaba en
cámara lenta, con
movimientos lánguidos y retrasados.mi lengua estaba tan
árida como el suelo, mi cuerpo
pedía a gritos una gota de agua. Creo que no
volveré a viajar al sol.
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